En Vestier y otras miserias, mediante una prosa directa y coloquial, Naida Saavedra nos presenta una narrativa cuya unidad temática se logra a través del espacio donde se desarrolla y los comportamientos aberrantes de los personajes que deambulan por este mundillo matizado por el costumbrismo. La ambigüedad entre lo verídico y lo ficticio permea la obra. El lector se cuestionará si lo que está considerando son simples casos de obsesivos compulsivos o si lo que tiene ante sus ojos son perversiones y bestialismos, disfrazados en la ficción. Parte de la colección apunta hacia una sexualidad cuestionable reflejada en los personajes masculinos: ese novio que viola a una perra o el sacerdote episcopal que practica lucha libre ataviado en hilo dental en un lodazal y mujeres que aguardan el retorno de amores tullidos. Se trata de un recorrido por un barrio en algún lugar suspendido entre lo cotidiano y lo inverosímil.