En esta novela de Muñoz se distingue en la literatura mexicana por la magistral estructuración de un relato da largo aliento. Con esa sabiduría serena y carente de énfasis retórico que fue uno de sus talentos distintivos, Muñoz funde la crónica épica del ejército de Villa en la toma de Torreón con uno de los testimonios más trágicos y desgarradores de la fidelidad revolucionaria, la de Tiburcio Maya en la etapa final de la rebelión villista.