Es éste, sin lugar a dudas, uno de los libros más representativos de G.?K. Chesterton y probablemente su mejor ensayo. Una especie de autobiografía espiritual y vagabunda que completa lo iniciado en su libro Herejes, de 1905 (Acantilado, 2007). Optimista y polémico, perspicaz tour de force hacia una filosofía del asombro agradecido y de la libertad mental y emocional, este libro es ya un clásico indiscutible.
“Memorable ensayo”.
Sergi Doria, ABC
“Un libro de larguísima trayectoria, con más de un centenar de años en sus páginas. Volver a su lectura después de aquella primera de los años 40 ha sido un gozo, no sólo por el recuerdo sino también porque volver a la lectura de Chesterton en cualquier momento lo es”.
Santiago Aizarna, El Diario Vasco
“Brillantísimo libro”.
Fernando R. Lafuente, ABC
“Para mi gusto, es el escritor británico más divertido y más sutil que hubo de caer en mis manos cuando aún no tenía los veinte años y ya era yo un ateo confeso y presa del estupor al leer su libro Ortodoxia. Admiración por el ingenio y el humor de su composición literaria; ingeniosa, paradójica y divertida, que da por victoriosa y salvífica la doctrina católica. Éste es el libro más optimista del siglo XX por su clerical radicalismo, feliz y desafiante, que pudo exaltar a los convencidos y ser fruto de algunas conversiones”.
Francisco Nieva, La Razón
“La clarividencia y el humor que encierran todas sus obras, incluso en temas tan complejos como el que aquí aborda: el tránsito del escepticismo a la fe. Su principal aportación en este viraje místico en las creencias reside en que a la hora de abordar el asunto, más que desde el punto de vista estrictamente espiritual, lo realiza desde la experiencia, como una respuesta a las necesidades de la humanidad para encontrar respuesta a sus dudas existenciales. Para Chesterton, la ortodoxia es «la única garantía posible de la libertad, la innovación, del adelanto». A esta conclusión llega tras divagar por todas las teorías en boga en su época, principalmente la existencialista y materialista, y tras una profunda crisis existencial.”.
Cayetano Sánchez, Canarias 7