Océanos de arena nos recuerda, en todas sus páginas, que la narración de viajes es, como lo dice del género el mismo autor, “una de las más fascinantes manifestaciones de la literatura”. Los viajes han sido definitivos en la vida de Santiago Gamboa. Para su carrera como diplomático y periodista, por supuesto, pero sobre todo para su gran vocación: la narrativa. Los viajes, como protagonistas y como fuente, la han nutrido, la han convertido en un rico entramado de costumbres, paisajes, credos y hombres diversos. Su poder no es un secreto par anadie. Pero sí es extraordinario el proceso inverso: la escritura enalteciendo los viajes, transformándolos, exprimiéndolos, haciéndolos algo mucho más profundo que una travesía de turista.