CUBA EN VERSO. LA ISLA ENTRE REJAS

Esta obra poética se puede resumir como un largo y dramático recuento lírico de los hechos más significativos en la historia del castrismo en Cuba, desde 1959. Son casi seis décadas de tragedia del pueblo cubano: juicios sumarísimos y fusilamientos, presidio y exilio político, confiscación estatal de todo tipo y tamaño de propiedades privadas, balseros y ahogados en el Estrecho de la Florida, guerrilleros y opositores anticastristas, huelgas de hambre, asesinatos y desaparecidos. Un reguero de víctimas y sangre derramada, de dolor y lágrimas en la dividida familia cubana. En resumen: una Cuba destruida y devastada en los inicios del siglo XXI.

Dividida en dos partes, la primera: “Huellas del castrismo”, se inicia con la entrada triunfal (en los primeros días de enero del 59) a los implacables Tribunales Revolucionarios, pasando por juicios a estudiantes opositores. De la realidad cotidiana de una jinetera habanera a la cruda incertidumbre de los balseros; de los desaparecidos en ese gigantesco cementerio marítimo del Caribe al Período Especial; de las ruinas de una Habana que se cae a pedazos a una Cuba (plural y democrática) que espera tras la tragedia de estos casi 60 años.

La segunda parte: “Tributo a los mártires del castrismo”, comienza recordando a algunos héroes del Escambray (el comandante Plinio Prieto y los Capitanes Sineio Walsh Ríos y Porfirio Reemberto Ramírez, ex presidente de la FEU de Las Villas, fusilados en 1960) y la valiente trayectoria del legendario guerrillero negro Thondike, fusilado en 1962. También se denuncia el presidio político (cientos de miles de cubanos cumplieron condena bajo el castrismo) en la figura del líder estudiantil Pedro Luis Boitel, fallecido tras una huelga de hambre, y el asesinato del opositor güinero Noel Rosales Fuentes tras una fuga de la prisión política en 2003 . Además, hay que resaltar la historia de una madre balsera que muere en la travesía marítima pero logra que su hijo se salve. Le siguen dos poemas dedicados a Eusebio Peñalver Mazorra y Mario Chanes de Armas (ambos sufrieron 30 años en las mazmorras castristas) hasta llegar a los estremecedores versos donde se denuncia el mayor crimen del Estado cubano (léase, la más alta dirigencia castrista): el hundimiento del remolcador “13 de marzo”. Esta parte, termina con la memoria de tres abogados camagüeyanos fusilados en 1964: Alberto Fernández Medrano, Marcelino Martínez Tapia y Manuel Paradela Gómez, y el recuerdo del mártir obrero Orlando Zapata Tamayo, fallecido tras una histórica huelga de hambre en el presidio político en el 2010.

Conviene destacar que una de las peculiaridades de este libro son las impactantes 40 fotos que salpican esta obra, desde sus primeras páginas hasta al final, con lo que esta entrega lírica se convierte en un importante documento gráfico que denuncia los crímenes del castrismo por partida doble: con los versos y con la imagen..

Como bien señaló la escritora y periodista cubana Olga Connor en una reseña en El Nuevo Herald de Miami, la obra de Ada Bezos contiene “una poesía estilo romancero, para contar las tribulaciones de la desgraciada isla. Son cantares adoloridos y testimoniales sobre una historia que ha marcado a un pueblo sufriente”.