GAUGUIN

GAUGUIN

Editorial:
TASCHEN
Año de edición:
Materia
Dibujo y pintura
ISBN:
978-3-8365-6472-4
Páginas:
96
Encuadernación:
Cartoné
Colección:
BASIC ART
$15.00
En inventario - consultar disponibilidad
Añadir a la cesta

Antes de pintar desnudos en las playas de Tahití, Paul Gauguin fue aprendiz de piloto, vendedor de carpas en Copenhague y corredor de bolsa en París. Gauguin, que ejerció una enorme influencia en la vanguardia postimpresionista, se estableció en el Pacífico en la búsqueda de un paraíso virgen que contrastara con la vida “artificial” de Europa que él rechazaba. El intenso relato de su vida sólo es equiparable a sus pinturas increíblemente coloridas y a su maestría en el uso del color.

Paul Gauguin (1848-1903) no estaba hecho para las finanzas. Tampoco duró mucho en la marina francesa, ni como vendedor de carpas en Copenhague porque no sabía hablar danés. Empezó a pintar en su tiempo libre en 1873, y en 1876 participó en el Salón de París. Tres años después, exponía junto a Pissarro, Degas y Monet.

Vehemente y gran bebedor, Gauguin solía autoadjetivarse como “salvaje”. Su íntima pero agitada amistad con el también temperamental Vincent van Gogh llegó a su clímax con un incidente violento en 1888, cuando Van Gogh se enfrentó supuestamente a Gauguin con una navaja de afeitar y más tarde se cortó la oreja. Poco después, tras completar una de sus obras maestras, La visión tras el sermón (1888), Gauguin se trasladó a Tahití con la intención de escaparse de “todo lo artificial y convencional” del mundo.

La alegría sin límites que Gauguin encontraba en la naturaleza de Tahití, en la gente de la isla y en las imágenes figurativas impregnó una prolífica producción de pinturas y grabados. En obras como Muchacha con una flor (Vahine no te Tiare, 1891) y Dulce ensueño (Nave Nave Moe, 1894) desarrolló un estilo distinto, primitivista, que destilaba sol y color. Fiel a una sensualidad exótica, sus pinceladas se concentraban especialmente en las curvas de las mujeres tahitianas.

Gauguin murió solo en otro rincón de la Polinesia Francesa, en las islas Marquesas, y muchos de sus documentos y objetos personales desaparecieron en subastas locales. Su gran influencia en el arte, especialmente en miembros de la nueva generación de la vanguardia francesa como Picasso y Matisse, no comenzó a apreciarse en toda su envergadura hasta que un comerciante de arte listo empezó a mostrar la obra de Gauguin en París. Esta introducción esencial sobre el artista descubre su colorido mundo, de los salones impresionistas del París de 1870 a los últimos días en el Pacífico, una vida productiva y apasionada hasta el final.

Otros libros del autor