En la década de los 30, el Dr. Edward Bach ideó un sistema de sanación-curación basado en esencias florales, las cuales a través del tiempo han ayudado no solamente a la humanidad, sino también a los animales que la acompañan. Este sistema, que fue el primero en el mundo, sirvió de inspiración a otros investigadores para dar origen a otros sistemas florales que cumplen con el mismo objetivo terapéutico del sistema Bach y que en todo caso nunca llegan a antagonizarlo, por el contrario, vienen a complementarse y a hacer sinergia en las fases de apoyo o en los procesos terapéuticos de las diferentes enfermedades orgánicas, psíquicas y psicosomáticas de los hombres y de nuestros grandes amigos y compañeros, LOS ANIMALES. Al leer esta u otra obra de medicina alternativa es preciso mantener una mente amplia y abierta, ya que en la medicina alopática se nos ha enseñado una forma rectilínea de pensar y de actuar basándonos esencialmente en los conceptos farmacológicos llave-cerradura y en el principio activo-órgano blanco, medicamento-efectos colaterales. Quiero invitar a todos los terapeutas, médicos humanos y médicos veterinarios a que trabajen siempre desde el amor y no desde el temor, y los exhorto a trabajar con conocimiento de causa y no como empíricos cualitativos, ya que sigue prevaleciendo el concepto médico que reza: “Si no puedes hacer bien, por lo menos no hagas mal”.